EL CHILE
Ha servido desde hace miles de años para modificar los sabores de la dieta básica del país, y además forma, junto con el maíz y el frijol.
En forma especial y muy notoria, el chile se incorporó a la cocina prehispánica mexicana, entre los coloridos condimentos, como un grito del color y un alarido de la euforia; caustico y picante. Y enriqueció de golpe la cocina entera.
El chile es el elemento culinario que le dio la calidez, sabor a la comida. Esta gran familia de diferentes chiles construye el principal condimento de la cocina mexicana.
Se conocen no menos de 40 variedades de chiles de origen mexicano, y los más picantes se dice que son “chilosos y bravos”. Los antiguos mexicanos lo emplearon como indispensable condimento, que comían crudos y cocidos, en forma de salsa aderezada con tomate y cebolla, o untaban con él, solo, sus carnes y viandas. Pero además de ser alimento el chile figuraba en la farmacopea indígena como uno de los remedios principales, por su astringencia y su poder purificador y expectorante, empleado en sahumerios.
De América, el chile fue llevado a España y de ahí se dispersó a varios países de Europa, de Asia y posteriormente de África, convirtiéndose así en un cultivo de uso mundial.
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