INTRODUCCIÓN

La época conventual fue la más importante para la consolidación de la cocina mexicana, se crearon platillos muy importantes que se siguen cocinando hoy en día y que son característicos de México y de la fusión de los ingredientes nativos y los traídos por los españoles.

La aportación de diferentes grupos de evangelizadores los cuales consolidaron conventos en México trajo consigo una mezcla ecléctica de productos, tradiciones y métodos de cocción que dio como resultado platillos con una gran complejidad, enorme sabor y de una amplia tradición dentro de la cocina mexicana actual.

Puebla es considerada la cuna de la cocina mexicana. Las monjas de sus numerosos conventos combinaron hábilmente por primera vez las tradiciones culinarias indígenas y españolas, creando así, entre otras especialidades, una de las más famosas salsas de la cocina mexicana, el mole poblano.

Con la llegada de los sacerdotes franciscanos, los agustinos, los dominicos y los carmelitas se constituye la base de la evangelización de la Nueva España; estas órdenes fueron una pieza clave para el desarrollo de la cocina mestiza, gracias a ellas se llevó a cabo la propagación de semillas por todo América, pues se encargaron de cultivar las especias europeas y americanas, dentro y fuera de los monasterios.

Los principales conventos se construyeron en las ciudades de Puebla, Oaxaca, Michoacán y Guanajuato. En 1774 la corona española ordenó al Virrey que se estableciera la vida comunitaria, por lo que se construyeron grandes refectorios y cocinas enormes y muy bien equipadas, para la elaboración de la comida.

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