LA VAINILLA

Es el aroma más delicado e incitante que se emplea en la cocina de todo el mundo, pero su origen es estrictamente mexicano. Planta de la familia Orquidáceas, está formada por tallos largos muy verdes, sarmentosos y trepadores.

Los antiguos indígenas llamaron a la planta tlixochitl, por su flor, o flor negra, y la emplearon para perfumar su bebida de cacao, el chocolate. Con iguales usos, la vainilla se empleó mucho en España a fines del siglo XVII, y en 1721 fue incluida en la farmacopea de Londres.
Son los totonacas, que ocupaban las regiones costeras del golfo de México alrededor de las actuales ciudades de Veracruz y Papantla, quienes producían la vainilla y se la facilitaban al imperio azteca.

“Cuenta una antigua leyenda nahua, que el general azteca Tlacaelet fue a las playas olmecas del actual Veracruz para tomar prisioneros que sacrificar al dios Huitzilopochtli. Se perdió en la selva, y errando para hallar un camino de regreso, fue sorprendido por un exuberante aroma que le halagó y le hizo olvidar su misión. Con sus acompañantes exploró la selva, para encontrar la fuente del extraño perfume, y halló una especie de orquídea negra, que destacaba entre la espesa vegetación. El general azteca tomo las lianas o enredaderas con sus flores y marchó de regreso al altiplano, donde entregó la planta, como nuevo presente, al monarca indiano. Éste mando analizar la planta a sus sabios, los que encontraron que las vainas daban un condimento aromático, que mejoró el olor o el sabor del chocolate. La flor recibió el nombre de tlilxochitl o flor negra, cuyas vainas, donde la pasta aromosa se encerraba, fueron llamadas vainilla por los españoles.”.



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